jueves, 29 de enero de 2015

Vicente Blasco Ibáñez, narrador en la guerra.

por Alex y Rubén

 “ La juventud es la edad de los sacrificios desinteresados, de la ausencia de egoísmo, de los excesos superfluos.”

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    El 29 de enero de 1867 nacía en Valencia el famoso escritor Blasco Ibáñez, cuya vida estuvo también ligada al periodismo y a la política. Fue integrante del Partido Republicano y precisamente la acusación de haber participado de manera activa en  una causa republicana  precipitó su exilio a París.  En la ciudad del amor se vio inmerso en el naturalismo francés, corriente literaria que se puede apreciar en Arroz y tartana (1894) o en La barraca (1898). Su estilo sórdido lo hacía inconfundible y es uno de sus rasgos más característicos.

    Ibáñez fundó el periódico El Pueblo, donde expuso sus ideas políticas, lo que fue conocido como blasquismo.  Cabe destacar la campaña que llevó a cabo en contra de los gobiernos de la Restauración. Un nuevo revés en la vida de Vicente fue su encarcelación y condena al exilio por segunda vez en 1895 a bordo de un velero camino de Italia.

    Tiempo después regresó a París, lugar en el que publicaría la novela que le lanzó a la fama, Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916). Siete años después, desde su casa de Niza, compuso sus últimas obras, más pensadas para entretener al público que sus primeras obras caracterizadas por su férrea lucha política.

    Este autor, una de las más brillantes mentes del inicio del siglo XX, recibió un importante encargo del presidente francés Poincaré: relatar los acontecimientos más reseñables de la Gran Guerra. Unos años después esto se hizo realidad con Los cuatro jinetes del Apocalipsis, que se convirtió en una de las obras más leídas a nivel mundial, aparte de la Biblia.

    El ser testigo de una de las épocas más violentas que se recuerdan le pudo impulsar, en nuestra opinión, a escribir Crónica de la guerra europea de 1914, un valioso testimonio de los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial. En esta obra tan minuciosa y detallada se puede observar un análisis exhaustivo del entorno social, político y humano del escritor. Él no participó en la guerra, pero se puede decir que la vivió intensamente.

    Como escritor naturalista que era, intentó reflejar en las obras bélicas la realidad desde un punto de vista objetivo. Para ello no escatimaba en dar todo tipo de detalles, por muy espantosos que fueran. Esto nos lleva a reflexionar sobre cómo los medios de comunicación tratan los aspectos bélicos en la actualidad. Existen, por ejemplo, cadenas televisivas que no tienen ningún reparo en mostrar imágenes tan impactantes como el asesinato a sangre fría de un policía, mientras otras optan por pixelar dichas imágenes. Nosotros estamos de acuerdo con que Blasco Ibáñez relatase de forma tan exacta las acciones ocurridas en período de guerra, ya que pretendía reflejar fielmente lo que ocurría; sin embargo, en el tema de las retransmisiones de imágenes mostradas en televisión, consideramos que la mejor opción es que sean cortadas o que se advierta al espectador de que la emisión de dichas imágenes puede herir la sensibilidad de muchas personas.

    Admiramos que en estas circunstancias en las que muchos textos eran retirados por tratar temas que no agradaban a los dirigentes mundiales, este autor fuese quien de publicar estas obras. Se trata de dos excelentes lecturas que constituyen otro testimonio de uno de los tiempos más catastróficos de la historia.

    Blasco no estaba atravesando su mejor momento económico, circunstancia que cambió en gran parte por la buena acogida que tuvieron sus obras por parte del público lector. Antes de que ocurriese todo esto, Blasco Ibáñez sobrevivía con unas 1000 pesetas al mes, pese a ello, en el exilio y sin mucho dinero en el que cobijarse en los malos momentos, no abandonó su afán de contar al pueblo lo que sucedía. Tan lejos de su Valencia natal, fue capaz de fabricar novelas que siempre perdurarán en la memoria de los adeptos a la literatura, quienes perdieron a un gran referente el 28 de enero de 1928.

    Para terminar os dejamos el siguiente enlace en el que podréis conocer más detalles de este genio de la literatura, cuyas obras fueron incluso llevadas a la gran pantalla: