sábado, 21 de febrero de 2015

 Descubriendo jóvenes promesa


    Entre las elecciones de poemas de amor para la realización del audio, me sorprendió especialmente la de Santiago. Nos dio a conocer a una jovencísima poeta, prácticamente su coetánea. Decidió aproximarnos a la autora con un comentario para incitarnos a su lectura. Os dejo su invitación y su peculiar interpretación del poema"Tres mil latidos y doscientos litros de sangre"

Elvira Sastre ¿la romántica  del siglo XXI?

por Santiago

     Como todos sabemos, el Romanticismo ha sido siempre uno de los más importantes y bellos movimientos de nuestra literatura. Hablo de esos autores que nos deleitan con su cuidada y enérgica dicción y su profunda “trastienda” a la hora de escribir. Pues bien, probablemente, si yo llegase ahora mismo y os dijese que este movimiento  está regresando, la mayoría diríais que me estoy volviendo loco, pues hace más de un siglo que terminó. Mas yo, hoy, ahora, voy a demostrarlo.

     Os presento a Elvira, Elvira Sastre Sanz, una joven apenas unos años mayor que cualquiera de nosotros. Sin haber llegado todavía a la treintena de primaveras, ya ha conseguido convertirse en una poeta inimaginable. Sus versos emanan puro sentimiento y placer, y suenan con melodía propia. Tiene ella esa capacidad de hacer erizar el vello y crear una empatía tal con el lector que el mismo se ve resistido a apartar la vista de esas cuidadas líneas
Dirección de la imagen

     Aquí se habló previamente de algo llamado Romanticismo, pues sí. En su poesía pueden distinguirse claros matices románticos, incluso ella ha afirmado verse altamente influenciada por el icono en España, el magnánimo Bécquer, al cual comenzó a conocer durante su época de instituto e hizo que algo cambiase en su interior.


    Cualquiera diría al verte
que los catastrofistas fallaron:
no era el fin del mundo lo que venía,
eras tú.
Te veo venir por el pasillo
como quien camina dos centímetros por encima del aire
pensando que nadie le ve.
Entras en mi casa
-en mi vida-
con las cartas y el ombligo boca arriba,
con los brazos abiertos
como si esta noche
me ofrecieras barra libre de poesía en tu pecho,
con las manos tan llenas de tanto
que me haces sentir que es el mundo el que me toca
y no la chica más guapa del barrio.

Te veo venir por el pasillo
como quien camina dos centímetros por encima del aire
pensando que nadie le ve.
Entras en mi casa
-en mi vida-
con las cartas y el ombligo boca arriba,
con los brazos abiertos
como si esta noche
me ofrecieras barra libre de poesía en tu pecho,
con las manos tan llenas de tanto
que me haces sentir que es el mundo el que me toca
y no la chica más guapa del barrio.

Te sientas
y lo primero que haces es avisarme:
No llevo ropa interior
pero a mi piel le viste una armadura.
Te miro
y te contesto:
Me gustan tanto los hoy
como miedo me dan los mañana.
Y yo sonrío
y te beso la espalda
y te empaño los párpados
y tu escudo termina donde terminan las protecciones:
arrugado en el cubo de la basura.
Y tú sonríes
y descubres el hormigueo de mi espalda
y me dices que una vida sin valentía
es un infinito camino de vuelta,
y mi miedo se quita las bragas
y se lanza a bailar con todos los semáforos en rojo.
Beso
uno a uno
todos los segundos que te quedas en mi cama
para tener al reloj de nuestra parte;
hacemos de las despedidas
media vuelta al mundo
para que aunque tardemos
queramos volver;
entras y sales siendo cualquiera
pero por dentro eres la única;
te gusta mi libertad
y a mí me gusta sentirme libre a tu lado;
me gusta tu verdad
y a ti te gusta volverte cierta a mi lado.

Tienes el pelo más bonito del mundo
para colgarme de él hasta el invierno que viene;
gastas unos ojos que hablan mejor que tu boca
y una boca que me mira mejor que tus ojos;
guardas un despertar que alumbra las paredes
antes que la propia luz del sol;
posees una risa capaz de rescatar al país
y la mirada de los que saben soñar con los ojos abiertos.
Y de repente pasa,
sin esperarlo ha pasado.
No te has ido y ya te echo de menos,
te acabo de besar
y mi saliva se multiplica queriendo más,
cruzas la puerta
y ya me relamo los dedos para guardarte,
paseo por Madrid
y te quiero conmigo en cada esquina.
Si la palabra es acción
entonces ven a contarme el amor,
que quiero hacer contigo
todo lo que la poesía aún no ha escrito.

 ¿Acaso mentí? ¿He exagerado? Son estas sus palabras, sus emociones, sus sentimientos, sus vivencias, sus miedos, sus pasiones... Son las palabras de una joven promesa de nuestra literatura. Pero por si fuera poco, la muchacha ha demostrado ser una magnífica oradora. El entusiamo y la sensibilidad con la que pronuncia cada una de las verbas que ella misma escribió, estoy seguro dejará en vosotros huella. He ahí la demostración:

Elvira Sastre - Quiero hacer contigo todo lo que la poesía aún no ha escrito.

   Para quien quiera ir “dos pasitos más alla”:    BLOG: BLEUPARAPLUIE


ENLACES PARA DISFRUTAR A LA AUTORA: