Encuentro en Villa Diodati
El pasado martes sorprendí a mi grupo de poetas insomnes de Literatura Universal. Para transmitir es preciso vivir y sentir a través de otra alma. Por eso no tuve reparos en transmutarme en la camarera de Villa Diodati, vestirme para la ocasión y transportarlos al verano de 1816. Los convoqué a través de una carta formal que les fue entregada en la clase anterior por un emisario.
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Por supuesto debidamente doblada.
Revivimos el encuentro de Percy Shelley, Lord Byron, John Polidori y Mary W. Godwin (luego Mary Shelley) en la mansión que Byron había alquilado aquel verano que no fue verano. Una explosión volcánica en Indonesia condenó al grupo al encierro. Y el tedio llevó al reto. Byron los desafió para ver quién era capaz de escribir la historia más terrorífica. De esa noche surgieron dos obras, Frankenstein de Mary Shelley y El vampiro de Polidori. Ninguno podía presagiar la trascendencia e impacto posterior.
