viernes, 14 de febrero de 2014


Viernes, 14 de febrero

Versos satánicos, sentencia de muerte

por Sara y Paula




"El mundo es incoherente, que no se te olvide: está loco.
Fantasmas, nazis, santos, todos viven al mismo tiempo;
aquí la dicha idílica y, un poco más allá, el infierno.
No puede haber lugar más embarullado."
Los versos satánicos.
   

      En el  día de hoy, hace 25 años, el ayatolá de Irán, Jomeini, puso tres millones de recompensa por la cabeza de Salman Rushdie, cuya obra, Los versos satánicos, fue y es su sentencia de muerte.

    El libro nos cuenta la historia de dos actores: Saladin, especializado en anuncios para televisión y Gibreel, estrella de Bollywood especializado en papeles religiosos. En un viaje de India a Inglaterra su avión tiene un accidente, aunque ellos logran sobrevivir. Podría considerarse un milagro si no fuese porque ahora Saladin es el arcángel Shitan y Gibreel es el arcángel Gabriel. En  ese momento el camino de nuestros dos protagonistas se separa y sus vidas cambian radicalmente, hasta el punto de que sufren visiones en las que el mensajero de Dios se aparece ante ellos.

    Con la publicación de este libro, Salman, fue acusado de traición al profeta Mahoma y de abandono de la fe islámica, lo que se castiga con la muerte. El libro fue prohibido en Sudáfrica, Pakistán, Arabia Saudí, Egipto, Somalia, Bangladesh, Sudán, Malasia, Indonesia y Qatar. En otros países como Japón se organizaron protestas y quemas de librerías.

    El autor publicó un manifiesto titulado De Buena Fe en el que expresaba su respeto hacia el Islam, pero esto no fue suficiente y, en 1997 su recompensa pasó a ser de seis millones de dólares. Por suerte para él, la persona que propuso su pena de muerte murió, por lo que la religión musulmana considera que es un hombre libre; a pesar de esto dos asesinos a sueldo se infiltraron en una entrega de premios, afortunadamente, el autor no se presentó.

    A día de hoy son muchos los que consideran que este libro es como El guardián entre el centeno, es decir, mucho ruido y pocas nueces. Alejándonos de las criticas religiosas, este libro no deja de ser una novela de fantasía capaz de trasladarte a un mundo mágico muy distinto de aquel al que estamos acostumbrados.