El esperanto, una lengua libre
por Alfredo e Iván
Tal día como hoy, un 15 de diciembre de 1859, nació Ludwick Lejzer Zamenhof, también conocido como Lázaro Zamenhof, el inventor de una lengua especial que intentó resolver los problemas que generaba el uso de diferentes idiomas en una misma sociedad. Fue un hombre con gran conocimiento de lenguas, sabiendo un total de 9 y teniendo nociones de español e italiano, aunque sólo en ruso -al que consideraba su idioma nativo- y en esperanto escribió poesía.
Ludwick Lejzer Zamenhof era oftalmólogo, pero, debido a la paupérrima situación de su zona, apenas podía mantenerse a sí mismo y a su familia. De su duro trabajo a lo largo de los años surgió el esperanto, una lengua que tuvo un proceso de creación largo y complicado, que se vio influenciada por otros idiomas similares como el Volapük. En 1887 logró publicar un folleto en el que explicaba los principios de su creación lingüística, firmándolo como "Doktoro Esperanto", de ahí el nombre con el que hoy conocemos esta lengua auxiliar. Posteriormente, publicó una serie de libros en esperanto que llegaron a ser traducidos a otros idiomas, lo que le reportó cierto beneficio. A pesar de ello, tal actividad editorial le causó la ruina en 1889, con lo que la divulgación material pasó a manos de sus seguidores.
El primer Congreso Universal de Esperanto se celebró en Boulogne-sur-Mer (Francia), en 1905. Aquí se fijó su reglamento. El esperanto es la lengua artificial más usada del mundo con 2.000.000 de hablantes. Para los que no lo sepan, un idioma artificial es aquel creado de forma planificada por el ser humano. Estos tienen un propósito muy claro: permitir la comunicación entre todos los pueblos y culturas, igualándolos a todos, sin favoritismos ni preferencias.
En nuestra opinión, el esperanto, al igual que las demás lenguas artificiales, buscan un objetivo tan loable como difícil de realizar: posibilitar la comunicación de manera global y sin fronteras.