miércoles, 19 de octubre de 2022

Día de las Escritoras

Con el lema ‘Antes, durante y después de las guerras, el conflicto bélico vivido y escrito por mujeres’ arrancó este 17 de octubre la VII Edición del Día de las Escritoras. La Biblioteca Nacional de España (BNE), la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) y la Asociación Clásicas y Modernas (CyM) conmemoraron el día con un acto en el que se leyeron 27 textos de 27 autoras en los que se representaba, en palabras de Carmen Domingo, a “mujeres en distintas facetas organizándose, luchando, exiliándose, guardando silencio, perdonando, formando parte del conflicto armado…”.

Ha sido una jornada intensa con una gran proyección en las redes en la que han participado  más de 140 instituciones culturales entre institutos, colegios, librerías, las bibliotecas del Consejo de Cooperación Bibliotecaria y las del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, Archivos Estatales, la red de centros culturales de la AECID y las bibliotecas que forman parte de ABINIA (Asociación de Bibliotecas Nacionales Iberoamericanas) con diversas iniciativas, charlas, mesas redondas, propuestas divulgativas, campañas de redes… 

Cabe destacar también la celebración de Editatona en relación con este día. Se trata de una sesión de edición colectiva de Wikipedia para mejorar, ampliar el elenco y  visibilizar a mujeres escritoras. Toda una apuesta por la comunicación con perspectiva de género.

Os dejo el ENLACE al portal Día de las Escritoras y un fragmento de La guerra no tiene rostro de mujer de la periodista bielorrusa y Premio Nobel de Literatura SVETLANA ALEXIÉVICH:

A lo largo de dos años, más que hacer entrevistas y tomar notas, he estado pensando. Leyendo. ¿De qué hablará mi libro? Un libro más sobre la guerra... ¿Para qué? Ha habido miles de guerras, grandes y pequeñas, conocidas y desconocidas. Y los libros que hablan de las guerras son incontables. Sin embargo... siempre han sido hombres escribiendo sobre hombres, eso lo veo enseguida. Todo lo que sabemos de la guerra, lo sabemos por la «voz masculina». Todos somos prisioneros de las percepciones y sensaciones «masculinas». De las palabras «masculinas». Las mujeres mientras tanto guardan silencio. Es cierto, nadie le ha preguntado nada a mi abuela excepto yo. Ni a mi madre. Guardan silencio incluso las que estuvieron en la guerra. Y si de pronto se ponen a recordar, no relatan la guerra «femenina», sino la «masculina». Se adaptan al canon. Tan solo en casa, después de verter algunas lágrimas en compañía de sus amigas de armas, las mujeres comienzan a hablar de su  guerra, de una guerra que yo desconozco. De una guerra desconocida para todos nosotros. Durante mis viajes de periodista, en muchas ocasiones, he sido la única oyente de unas narraciones completamente nuevas. Y me quedaba asombrada, como en la infancia. En esos relatos se entreveía el tremendo rictus de lo misterioso... En lo que narran las mujeres no hay, o casi no hay, lo que estamos acostumbrados a leer y a escuchar: cómo unas personas matan a otras de forma heroica y finalmente vencen. O cómo son derrotadas. O qué técnica se usó y qué generales había. Los relatos de las mujeres son diferentes y hablan de otras cosas. La guerra femenina tiene sus colores, sus olores, su iluminación y su espacio. Tiene sus propias palabras. En esta guerra no hay héroes ni hazañas increíbles, tan solo hay seres humanos involucrados en una tarea inhumana. En esta guerra no solo sufren las personas, sino la tierra, los pájaros, los árboles. Todos los que habitan este planeta junto a nosotros. Y sufren en silencio, lo cual es aún más terrible. Pero ¿por qué?, me preguntaba a menudo. ¿Por qué, después de haberse hecho un lugar en un mundo que era del todo masculino, las mujeres no han sido capaces de defender su historia, sus palabras, sus sentimientos? Falta de confianza. Se nos oculta un mundo entero. Su guerra sigue siendo desconocida... (Alexiévich, 2017: 13)

Por cierto, podéis acercaros a nuestra biblioteca a por el libro.

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