lunes, 3 de marzo de 2025

 Ana Meilán: La fuerza creativa que está conquistando corazones

“Escribo desde que tengo memoria”

LUCÍA FRANCOS VÁZQUEZ

Cuando se nos propuso la idea de entrevistar a una mujer significativa lucense, en la primera persona que pensé fue en Ana Meilán, una persona increíble que conocí gracias a que su hijo y yo hacíamos el mismo deporte.

Cuando hablé con ella, me dijo encantada que me ayudaría a realizar este proyecto. Nos pusimos manos a la obra y salió esta entrevista, que espero que todos y todas podáis disfrutar leyendo.

Ana Meilán es una destacada escritora de literatura infantil originaria de Lugo, cuyo trabajo se caracteriza por su profundo amor por la narrativa dirigida a los más jóvenes. A través de sus historias, Ana ha logrado capturar la imaginación de los niños, combinando elementos de fantasía, educación y emociones universales. Su capacidad para conectar con su audiencia y su habilidad para tocar temas significativos de una forma accesible y entretenida, la han consolidado como una voz única en el panorama literario infantil. Algunos de sus libros son: Lágrimas bajo la cama, Las llaves de los sueños, Lo que la sirena olvidó, 8 patas, Familiando xuntos, O aire do lobo Rigoberto…

¿Cuándo y por qué empezaste a escribir?

¿Y si te dijera que cuando era pequeña ya jugaba a hacer libros grapando servilletas? Escribo desde que tengo memoria. Escribía en diarios, los primeros tenían candados y los últimos eran libros para contabilidad que yo llenaba con palabras de enfado, de amor, de ilusión o decepción. Escribía en papeles de colores, en notitas que volaban de un pupitre al otro y que muchas se guardan ahora en una caja de zapatos. Escribí discursos, panfletos para manifestaciones, prólogos, listas de la compra, sueños, recuerdos… Escribir es un arte que no requiere de inspiración, solo de pasión por hacerlo.

¿A qué edad te diste cuenta de que te gustaba escribir?

En la adolescencia, cuando escribía mis diarios. Siempre digo que los diarios deberían estar rayados, emborronados, mal escritos, porque son en esos momentos en los que tienes rabia o sientes tanta pasión que necesitas escribirlo para liberarte o, sencillamente, para no olvidarlo.

¿Tus hijos influyeron en la decisión de escribir literatura infantil?

Dicen que los niños suelen venir con un pan bajo el brazo, pero los míos llegaron cargados de libros y volví a disfrutar de los cuentos, pero esta vez desde diferentes miradas, como madre, como lectora, como niña… Mi casa se llenó de ellos, ¡están por todas partes! Me enamoré de los álbumes ilustrados, el arte de contar a través de palabras e imágenes es algo mágico.

¿Cuál es tu obra de la que más te sientes orgullosa? ¿Por qué?

Me siento orgullosa de todos mis libros, siempre digo que son mis hijos de papel. Cada uno es especial por algo, por aquello que lo inspiró, por cómo se gestó, por quién me acompañó en el camino… pero si tengo que mojarme con uno, te diré que cuando reviso las páginas de Lo que la sirena olvidó termino pensando ¿de verdad he hecho algo tan hermoso? Y es que mi sirena (que tomo prestada de Christian Andersen) y mi pez enano, verde y saltarín (que adapto de los Hermanos Grimm) consiguen siempre robar alguna lágrima por aquellos que han perdido sus memorias.

¿Qué te motiva a seguir escribiendo ahora?

He tenido la suerte de convertir una pasión en mi forma de vida, así que escribo porque me gusta, porque me libera, porque me sana y porque además me da de comer. ¡No puede haber mejor combinación!

¿Cuáles son tus autores o autoras favoritos?

Me encanta la transgresión de Roald Dahl, la originalidad de Cristina Oleby (con quien además me une una gran amistad), la lucha de Raquel Díaz Reguera, la “complicada sencillez” de Silverstein, las lecciones de Paloma González Rubio…

¿Qué autor o autora, y qué obras sueles recomendar?

Hay tantos libros que creo que no deberían faltar en ninguna biblioteca que haría la entrevista interminable. Cuando me piden que lleve libros para talleres de lectura, te aseguro que voy siempre con el maletero lleno de cajas. Intentaré contenerme… La gran fábrica de las palabras de Agnès de Lestrade y Valeria do Campo (una obra de arte lo mires por donde lo mires), El árbol generoso de Silverstein, de este mismo autor también La parte que falta. El libro Para Siempre de Camino García lo he regalado tantas veces que ya he perdido la cuenta. Vida Ilustrada de Lisa Isato, imposible leerlo sin emocionarse, Francisca de Cristina Oleby, Solo mía de Raquel Díaz, El Iglú de de Jesús López Moya, De Lunes a Viernes antes de las tres de Raquel Rodríguez…

¿Le tienes especial cariño a alguna obra? Y si es así, ¿a cuál?

Cuando me veo leyendo de niña tengo siempre entre mis manos un libro de Los Cinco de Enid Blyton. Adoraba sus aventuras y las charlas que luego compartía con mis vecinos, Ahora que lo pienso, creo que a nuestra manera disfrutábamos de un club de lectura. ¡Hablar de libros siempre es fantástico!

¿Qué género sueles leer?

Leo mucha literatura infantil y juvenil, novela romántica y, últimamente, empiezo a cogerle el gusto a la novela negra. La duda de María Solar es fantástica, y no hay libro de Arantxa Portabales que no me guste.

¿Qué escritores o escritoras tuvieron mayor impacto o influencia en tu forma de escribir?

Intento aprender de cada libro que leo, de los que me gustan y de los que no me gustan porque también es importante saber lo que no quieres hacer.

¿Qué tipo de literatura no te gusta?

Los libros de terror, soy incapaz de acercarme a uno, al igual que a aquellos libros que me dan la lección tan tan machada que no me dejan descubrirla por mí misma.

¿Qué sueles hacer en tu tiempo libre?

Como mamá y trabajadora autónoma el tiempo libre es un bien muy escaso, así que intento aprovecharlo al máximo. Disfruto de cada café con las amigas, leo un libro de mi infinita lista de pendientes, juego con mi hija pequeña, veo una serie de Netflix…

¿Qué es lo que más te gusta escribir?

Cualquier texto que me haga más libre.

¿Cómo decidiste empezar a hacer literatura infantil?

Nunca imaginé que algún día llegaría a ser escritora. Fue en un curso de narración oral donde se encendió una bombilla que iluminaría mis pasos hasta el día de hoy. Uno de los ejercicios que había que hacer era escribir un cuento propio y narrarlo después. Fue en ese momento cuando dije: ¿por qué no?, ¿de verdad puedo hacer esto?, ¡me encanta! Así que nunca sabes qué es lo que te depara el día de mañana. Es una de las maravillas de la vida, poder ir descubriéndolo. ¡Nada está escrito!

¿Alguna vez has empezado a escribir un libro pero no lo has podido acabar?

Tengo montones de textos empezados, algún día encontraré la forma de continuarlos.

¿Tienes pensado hacer siempre literatura infantil o barajas la opción de cambiar?

Si me preguntaras hace una década te diría ¿escritora yo?. ¿Quién sabe lo que ocurrirá dentro de otra década? Lo que tengo claro es que escribiré aquello que me haga sentir algo, bueno o malo, pero que toque cada una de mis fibras.

Y ya por último, para acabar, ¿estás escribiendo algún libro actualmente, o tienes una idea en mente?

Siempre tengo ideas revoloteando junto a mí y mi escritorio está siempre lleno de historias empezadas, ahora toca dejarlas libres.

Ana Meilán, quiero agradecerte el que me ayudaras a hacer esta entrevista. Ha sido una experiencia muy enriquecedora conocer más sobre tu vida y tus libros. Muchas gracias por tu generosidad y amabilidad.

La entrevistadora con Ana Meilán en la calle. LUCÍA FRANCOS


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