domingo, 1 de marzo de 2020

Ponencia en Santiago

Ayer participé en el encuentro Igualdad y retos en educación. Las intervenciones siempre son instructivas y edificantes. Cada experiencia abre otra puerta para encarar con ilusión el día después en el aula. Mantenerse aislado construyendo puede conducir a un estado orbicular en el que tejemos y destejemos de forma compulsiva. Es vital una inflexión para deshacer la madeja y volver a empezar. Hay que mantener un estado de escucha activa especialmente en los intercambios de las ponencias. Es ahí donde descubres las inquietudes del profesorado, los recelos y las perspectivas. Se percibe cierto escepticismo en la consecución futura de logros desde la escuela en el tema de la igualdad de género y gran preocupación por una respuesta reactiva a su tratamiento. El temor, la incertidumbre y la incredulidad no pueden eclipsar la obviedad. No se trata de adoctrinar, de conducir rebaños de ovejas y corderos. Se trata de cuestionar lo que viene impuesto por costumbre y plantear preguntas para que hallen respuesta.


La semana pasada realicé una serie de preguntas a un grupo de alumnos y alumnas de primero de ESO sobre su percepción de determinados anuncios publicitarios. En este grupo imparto clases de Oratoria. Para obtener una información más clara sobre su opinión, me abstuve de incluirlos hasta el momento en ningún proyecto o trabajo vinculado a la igualdad. Solo preguntas.