JACK LONDON: EL LOBO LITERARIO
por Lúa y Sara
“La función del ser humano es vivir, no existir. No voy a gastar mis días tratando de prolongarlos, voy a aprovechar mi tiempo.” Jack London
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El 12 de enero de 1876 nació en San Francisco, California, Jack London. Fue una persona autodidacta. Los libros de las bibliotecas públicas de su ciudad le enseñaron todo lo que sabía. En su juventud trabajó como marinero e incluso, en sus peores años, se vio obligado a vagabundear, lo que provocó su encarcelamiento durante unos treinta días.
En 1897, se embarcó junto a su cuñado en una gran aventura: la busca del oro. A causa de los inhumanos trabajos contrajo el escorbuto, pero sobrevivió, lo que lo impulsó a escribir. Es más, una de sus mejores historias To Build a Fire está inspirada en esta época de su vida. En cuanto a sus novelas, La llamada de la Selva es una de las más famosas y, al estar protagonizada por un perro, algunos la consideran literatura juvenil, pero todos los que la hayan leído estarán de acuerdo en que tiene un fondo duro y vehemente. Al igual que la obra citada anteriormente, Colmillo Blanco es una novela que cuenta también la historia de un perro salvaje, de una forma realista, ya que no solo deja ver el violento mundo de los animales, sino también el de los humanos. También en su obra El lobo de mar se puede apreciar el pasado marinero de este autor, pues trata de los supervivientes del choque entre dos barcos que terminan bajo el mando del capitán Wolf, un hombre despiadado.
Jack London fue acusado de plagio en varias ocasiones. Él mismo reconoció que muchas de las personas que lo acusaron de esto tenían una parte de razón, porque, probablemente, se habían basado en las mismas noticias o historias populares para escribir sus obras. Después de 1910, London ya no escribía por placer, como en sus inicios, sino que lo hacía simplemente para sacar dinero. Debido a esto, sus libros de estos años son de muy mala calidad y los críticos de la época ni siquiera se molestaban en opinar sobre ellos. Murió el 22 de noviembre de 1916, con tan solo 40 años, aunque no es de extrañar, porque llevó una vida repleta de excesos, en la que el alcohol fue uno de sus más fieles compañeros. Es posible que muriera de una sobredosis de morfina. No se sabe si su ingesta fue intencionada o tan solo un accidente, pues se dice que sufría mucho dolor. La causa “oficial” es que padecía uremia, enfermedad que impedía a los riñones realizar bien su función.
A continuación un vídeo biográfico: