jueves, 19 de febrero de 2015

ANDRÉ GIDE: EL PIONERO DE LA LIBERTAD SEXUAL

por Lúa y Sara


“No hemos de gozar con mayor deleite las cosas que nos han costado caras, ni con menos las que no nos han costado nada.” André Gide.

    André Gide, nació el 22 de noviembre de 1869 en París y murió el 19 de febrero de 1951. Era hijo de un catedrático en Leyes. En su juventud vivió en Normandía y sufría constantes problemas de salud, pero ello no le impidió convertirse desde muy joven en un inagotable escritor. Se casó con una prima suya llamada Madeleine, de la cual nunca estuvo enamorado; es más, su única hija era fruto de otra mujer.

    Entre 1893 y 1894, André viajó por el norte de África y en Argelia conoció a Oscar Wilde, del que se hizo amigo. Poco después, comenzó a manifestar abiertamente su homosexualidad. En la Primera Guerra Mundial su nombre empezó a sonar entre los lectores, y fue una fuente de inspiración para otros escritores que compartían su orientación sexual; sin embargo, también recibió críticas por parte de los más conservadores.

    En su segundo viaje a África, visitó la República del Congo, Chad y Camerún. Esto le sirvió de inspiración para dos de sus libros más conocidos: Voyage au Congo y Le Retour du Tchad. En ellos relata las relaciones entre colonos y nativos y, aunque actualmente no se interpreta como una crítica al colonialismo, en su época estuvo muy mal visto al considerarse que atacaba los intereses de Francia. También viajó a la Unión Soviética y su punto de vista acerca del comunismo cambió radicalmente, ya que quedó decepcionado por la situación que vivía el país. Vivió en África los tres últimos años de la Segunda Guerra Mundial. En 1947 fue ganador del Premio Nobel de Literatura. Entre sus obras destacan Corydon, Les Faux-monnayeurs, L'Immoraliste, Le Ramier, Le Roi Candaule.

   Como ya ha quedado claro, André Gide era un defensor de los derechos de los homosexuales, algo que, para la época, era un pensamiento muy avanzado, ya que la mayoría de la gente juzgaba la homosexualidad como una enfermedad o algo peor. Actualmente todos somos iguales ante la ley, pero no todo el mundo ve a los homosexuales como a iguales y llegan a acusarlos de “viciosos, pervertidos o enfermos”.  Desde nuestro punto de vista, es muy triste que a estas alturas del siglo XXI exista gente que aún piense así. Solo hay una forma de que esto cambie, y es a través de la educación y la cultura, pues, sin ellas, esta sociedad seguirá retrocediendo en lugar de avanzar. Nos parece muy osado por parte de Gide tener una actitud tan firme al no dejarse silenciar por voces retrógradas, a diferencia de otros famosos escritores de los que sabemos que, aunque no lo ocultaban, tampoco “lo gritaban a los cuatro vientos”. Así en España conocemos casos como el de Federico García Lorca, Luis Cernuda o Antonio Gala, entre otros, y de mujeres, las grandes olvidadas, como el de Gabriela Mistral o el de Gloria Fuertes. A Lorca, además, su condición sexual le costó la vida, ya que fue una de las razones aducidas para su sentencia de muerte: «ser espía de los rusos, estar en contacto con estos por radio y ser homosexual».

   Para concluir, nos gustaría haceros reflexionar al menos durante unos minutos: ¿Por qué seguimos utilizando las palabras gay o lesbiana como un insulto? 

 
Una imagen de Gide con Marc Allegret, del que se dice que fue su pareja y por
    quien abandonó a su mujer huyendo a Inglaterra.

Fragmentos de algunos de sus libros: